La autoevaluación forma una parte importante en la gestión de Recursos Humanos, ya que valora el estado de los empleados y de la organización en conjunto. La medición del desempeño laboral debe hacerse en función de las necesidades de una empresa, en torno a sus objetivos principalmente, donde se tendrá que determinar cuán eficaz y efectivo se puede llegar a ser en lo que se hace.
Es fundamental que se evalúen también las motivaciones de cada colaborador, así como el comportamiento y actitud que tienen en el trabajo. A nivel organizacional, la evaluación del desempeño hace factible que se verifique si es necesaria una mayor capacitación, si hay problemas para la integración de los empleados, poca supervisión, falta de explotación del potencial individual, etcétera.
La manera más efectiva de conocer “qué tan bien” rinde un empleado conforme a sus capacidades y habilidades reales, es mediante la autoevaluación. Con este sistema se puede descubrir si un determinado cargo debe ser ocupado por otra persona que tiene más habilidades, pero presenta un rendimiento medio en el puesto actual en que se desenvuelve. Independientemente del tamaño de la organización, que los colaboradores autoevalúen su trabajo tiene diversas ventajas:
- Conocer en qué actividades demuestran mayor eficacia y en cuáles sufren de bajos resultados
- Corregir hábitos en áreas de oportunidad que a largo plazo se pueden convertir en un problema
- Identificar si el método de trabajo necesita un nuevo enfoque
- Descubrir recursos que pueden ayudar a mejorar el trabajo diario
Otra ventaja importante sobre la autoevaluación es que el propio trabajador es quien refleja el rendimiento que le caracteriza en el rol que desempeña y descubre los elementos clave que le ayudarán a mejorar.
“La intención es mejorar el desarrollo integral de la persona por medio de planes de acción con el jefe, con el fin de pulir su perfil y encaminar su plan de carrera”.
Mario Felipe Ramírez, Consultor senior en London Consulting Group
Con el objetivo de que la evaluación cumpla su propósito en ayudar al empleado a conocer su desempeño, además de fungir como una herramienta que lo impulse a desarrollarse, debemos tener en cuenta diversos aspectos:
- Medición: Tener ciertos indicadores que permitan evaluar al empleado según los objetivos acordados.
- Feedback: Proporcionar una oportunidad al trabajador para discutir su desempeño, haciendo hincapié en lo logrado, y de manera constructiva tratar las áreas de debilidad.
“Anteriormente nos focalizábamos en medir el cumplimiento de objetivos, dedicábamos muchas horas en procesos de comparación de pares. Ahora, en cambio, nos enfocamos en el coaching individual, dar feedback a lo largo de todo el año, trabajando sobre las capacidades a desarrollar, sobre los intereses, sobre las fortalezas y sobre encontrar el mejor lugar donde cada colaborador pueda dar lo mejor de sí mismo”.
Alejandra Ferraro, Directora Ejecutiva de RRHH para Accenture Latam
- Intercambio de opiniones: El empleado debe sentirse cómodo y animado a ser lo más abierto posible acerca de cómo se siente en su trabajo.
- Consenso: Todas las partes deberán tener entendimiento mutuo sobre las acciones a realizar para mejorar el rendimiento y superar las cuestiones planteadas.
- Preparación: Es crucial tener un plan claro y detallado para que el empleado realice la autoevaluación de manera rápida, sencilla y con resultados personalmente significativos o reveladores.
Estos son algunos puntos sobre la importancia de gestionar e impulsar la autoevaluación con tus empleados, lo cual abrirá mucho más el panorama que tienen de sí mismos y será más fácil gestionar su talento desde Recursos Humanos. De esta manera se podrá trabajar en sus áreas de oportunidad para reforzar cualquiera de sus puntos débiles.
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